El acontecimiento estético se llevó a cabo en el Muro Líquido de la Maestría en Estética y Creación de la Universidad Tecnológica de Pereira en Colombia, espacio de confrontación académico-artístico dirigido por Oscar Salamanca.
Helena Martín Franco con su personaje Corazón Desfasado invocaron la aparición con el objeto de renuciar a dudas, certificar hallazgos y conjurar protervias legales e ilegales para beneficio de la mujer, el arte y una estética fuera de modas y lo kitch.
http://corazondesfasado.com/
SALVAMENTO:
Virgen de las imposturas lícitas; ¡reconóceme!
Santa híbrida, bastarda, desfasada; ¡sálvame!
Casi virgen hipermediática; ¡descréstame!
Casi santa desterrada; Ayúdame!
Tu que eres la copia y el original; legalizame!
Corazón desfasado;
Tú que llena de valor expones tus pechos impuestos al ojo sesgado del curador,
tú que te dejaste llevar por la tentación del streaming y la exhibición,
postergar tu entrega y cobíjame con tu obsesión.
Ayúdame a no dejar para mañana la protesta de que debo hacer hoy.
Por el amor a tus cadenas, a tu faja, a tus esquemas. Por la devoción a la liquidación, a los saldos, a la ocasión.Ayúdame desde el otro mundo a renunciar a la inacción, o mejor, a la inercia,
Que sea yo consciente, indignada y valiente,
y que no me acobarde ante la intimidación
y el acoso de los prejuicios fachosos de una derecha indolente.
Tú que eres la santa de las causas antagónicas,
te presento mi necesidad:
te presento mi necesidad:
Líbranos de todos los lagartos y de curadores totalitarios.
Líbranos del voto homófobo, de victimarios capitalistas, nacionalistas, oscurantistas, misóginos.
Líbranos del voto homófobo, de victimarios capitalistas, nacionalistas, oscurantistas, misóginos.
Líbranos del terror, del silencio fácil,
del miedo a las palabras del procurador,
del miedo a los jerarcas, a los padres, a los hombres, a dios.
Otórganos la aprobación del matrimonio igualitario ¡¡¡pronto!!!
Las garantías para la equidad de género ¡¡¡ muy pronto!!!
Ofrecenos la libertad de escoger sobre nuestros cuerpos,
Y por si acaso, el acceso a la píldora del día después
y así llegue al gozo mutuo y sabroso, sin abuso, sin culpas.
Amén
Con el apoyo de la Agence TOPO, centro de artistas de Montreal.
(Avec le soutien de l'Agence TOPO, centre d'artistes montréalais) http://www.agencetopo.qc.ca
y
Maestría en Estética y Creación. Universidad Tecnológica de Pereira
http://maestriaenesteticaycreacion.com.co/sitio/
texto de Oscar Salamanca acerca de la obra
Helena Martín Franco en Muro Líquido: Salvamento
El arte de hoy se nutre de ritualidades complejas
vinculantes de extrañeza, alegría, perplejidad y movimiento. Parece que cada
obra quisiera rebelarse contra una especie de inamovilidad permanente impresa por
el peso de algún tipo de historiografía del arte o la concebida responsabilidad
del artista en medio de su función social. Con lo anterior, surge un artista
combativo susceptible de ser llenado y vaciado de contenidos con caracteres
diversos relativos a sus compromisos, intuiciones o certezas.
La obra de Martín Franco en el Muro Líquido procede bajo el signo de la simbiosis cuando intenta
involucrar accionismo, performatividad, transmisión y pintura en formato de
muro. Tenemos que la obra desarrollada apuesta a configurar el soporte de la
pared como un espacio de transito y convulsión ideológica, con lo cual conecta
la pieza dentro de tradiciones afortunadas de lo que hasta el momento conocemos
como propuesta mural.
Un mural entonces significaría a través de la obra proyectada, un espacio
lleno de tenciones discursivas queriendo explorar lenguajes o móviles de
transmisión mal entendidos como comunicación, ya que la presentación del objeto
de análisis, en este caso, una aparición milagrosa de una entidad casi virgen,
se expone directamente en forma de dominatriz sexual deudora de experiencias escindidas
de un porno abandonado autista. Vemos la figura femenina imponente y
castigadora con lanza de arcángel San Miguel en mano dispuesta a cegar las
odiosas y sexistas afirmaciones del procurador de turno.
Con el presente mensaje agazapado de guerra declarada, en
realidad asistimos a un pronunciamiento pretendidamente feminista de
reivindicación de derechos históricamente negados al sexo femenino. Por otro
lado la acción performática se entiende como el acto de pintar un muro desde la
neutralidad del cuerpo investido de poder pintor en materia de conectividad con
el genio en momentos de iluminación propia de taller espectacular, donde los
asistentes extremadamente pasivos en nuestro papel de público, exhalamos con
cada gesto pictórico los ires y venires de comprobación y el avance paulatino
pero, tremendamente sostenido, por la penetración de una repetitiva ovación
religiosa.
Cada uno de nosotros tuvo tiempo de comprender que la obra
de arte contemporánea exige una dicotomía intima entre espacio y tiempo si su
objeto desea configurarse como acontecimiento estético, derivado de la
problematización de la realidad (en Salvamento,
política) y la divulgación extrema (conexión, proyección en vivo,
convocatoria).
El mural como propuesta estética y artística depende en la
obra de Martín del funcionamiento de todos los elementos invocados. Adicional a
los anteriormente mencionados de problematización de realidad y divulgación, el
contexto (in situ), la visualidad, las sonoridades y las lecturas asociativas
entre placer confuso y profunda culpa. Al final, lo que la artista intenta
develar pertenece al ámbito privado de cada uno y es por ello que al faltar
alguno o buena parte de sus elementos de sentido, arroje como producto ( lo que
se preserva de trazo semiótico en la pared) un simple registro de acción
detenido como cartel figurativo, por demás desconexo y hasta decorativo.
Lo que interesa reflexionar en el mural Salvamento tiene que ver con la noción de encorvamiento, ir hacia
un a priori de búsqueda consciente del otro complemento, así por efecto de lo
salvífico simulado con base en estrategias tecnológicas, ancestralidades
paradigmáticas de seres ancestrales y mágicos o andamiajes de proyección sobre
las implicaciones de la palabra experiencia, tan explotada injustamente, pero
reactivada gracias a la revelación.
El juego de expiación de males o deseos profundos consiste
en la repetición, como si quisiera con la obra de mural, señalar cada vez más y
de manera insistente el puctum, lugar
de interés pero al mismo tiempo de atascamiento inicial, original, en una
especie de abyección por conjuramento memorístico: la oración de salvamento
logra calar en la mente hasta naturalizar la acción de dibujo de coronas de
espinal sintéticas con cada martillazo para-literario ceremonial.
No obstante la densa atmosfera que se crea en el lugar por
efecto de la penumbra pero también de la fatiga y dolor de una autoflagelación
por parte de la artista vestida de impecable blanco, queda en el ambiente una ambigüedad
producida por la alegría del movimiento ( el accionar relacionado con la
potencia y positivo por la transformación posible, así sea oculta y peligrosa)
y una carga relativa a la seriedad de un acontecimiento estético. Quiero anotar
con lo anterior que la obra planteada como un juego de cubrimientos y
revelaciones basada principalmente en el juego, se presenta de manera fuerte en
el marco de la seriedad o mejor , alejada de la no seriedad. Dicha seriedad
representa la gravedad y es entonces que uno se pregunta el por qué de ella,
quizá tiene que ver con la experiencia privada a la que alude como base (señalamiento
de frustraciones o impedimentos únicamente posibles debajo de la piel), o quizá
también haga parte del juego escenográfico donde nos quiere ubicar pasivamente.
Pereira