Maritza Usma, cuerpo paisaje. pintura de acción. |
El efecto de seducción a través del signo
del arte se ve traducido por eufemismos cada vez más desgastados a la hora de hacer prevalecer un concepto e
incluso una forma simbólica. La seducción existe en el arte no importa la
noción de belleza o encuentro que lo sustente. Hay seducción en la mirada como
en el hacer pero más aún en las consecuencias y proyecciones desde las cuales
construimos el gusto o la fascinación.
En la obra de Maritza Usma la seducción
ocupa un lugar de referencia constante. El paisaje no se representa, se absorbe
como un órgano vivo de reconocimiento corporal desde donde surge lo sexual en
clave de transferencia. La artista introduce elementos del paisaje dados en
ramas, hojarascas, tallos diminutos, o residuos de tierra, como formas simbólicas
recolectadas desde valoraciones significativas que implican recortes de mundo
aumentado, los cuales buscan la seducción del detalle, la exegesis por lo
mínimo, el recorrido íntimo y cercano. Cada elemento encontrado funciona como
un objeto sexual vinculado al cuerpo por efecto de frotación telúrica hasta el
éxtasis de relación: danza vorágine, fuerza de la exudación masturbatoria, ritual
de iniciación a caballo entre pintura al aire libre y performance, que
convierte la superficie en campo de experiencia bajo regímenes nuevos y
acumulativos de horizontalidad.
Al final de aquella experiencia quedan
vestigios arquitectónicos, huellas de copulas imposibles y bastiones licuosos
condensados sobre fragmentos susceptibles de edición y lecturas acotadas,
afortunadamente alejados de la confusión libresca para el arte.
Exposición "Los Inmodernos" Muro Líquido, biblioteca Jorge Roa Martínez, Universidad Tecnológica de Pereira en Colombia, Septiembre 2 al 1 de Octubre de 2014.
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