miércoles, 17 de marzo de 2021

"Laboratorio del sueño" exposición individual de Antonio León, del 23 de marzo al 21 de abril 2021




Texto curatorial

La cotidianidad con su programa de inserciones a partir de magnificencias sospechosas pretende arrojar sistemas como productos en un escenario donde el individuo no deja de representar acciones en desorden, súbitos desprendimientos derivados del estar, pero también del ser convertido en situación de permanente cambio.

Uno podría resumir que el arte desde ese enfoque por determinado orden, se presenta en formatos de extracción de subjetividad como si estuviéramos hablando de procesos con una determinada señalética, y es cierto porque el arte representa en el siglo XXI señales de un costo elevado, al intentar la relación con lo espiritual, por su propio efecto seductor, la manera como se posesiona ante mitos nuevos y rituales cada vez más obsesivos. La obra de arte desea mostrar su poder, busca en la retracción de la muerte su oportunidad cuando se enfrenta a la enfermedad, a la crisis.

En ese sentido la obra de arte se comporta como un elemento orgánico creado por artistas, figura de crianza, la cual va desatando, de a pocos, la cárcel simbólica de lo natural hacia el artificio siempre bienvenido del propósito des-asfixiante, disolución de pesos más allá de lo gravitacional. La obra de arte contemporánea por ello es algo que alguien ha traído al mundo para producir desligamientos y de esta forma pretender la ligereza del movimiento, pensamiento hecho estilo.

La icoercible obra que el artista plástico Antonio León expone establece una extraña comunión que antecede el temor por el devenir, ya que sus fulguraciones humanas espectan por adelantado la imprevisible escenificación de acontecimientos cargados de profunda soledad en sus propias deducciones anti eusébicas.

Dicha acusación de impiedad, de no respeto a los programas de estrés de lo que nos antecede, parece ser la savia que alimenta la bandera de libertades propuesta por el artista, como si quisiera encarnar en el sitio incómodo de la pintura con función enunciativa del discurso meta filosófico, un nuevo Alcibiades al cual ninguna costumbre reclama.

Es necesario que los artistas de hoy acepten que tienen el don de ser de todo en todo, un pintor de naturalezas vinculantes con ensoñaciones figurativas exacerbadas; un guerrero conceptual por la extrema intelectualización frente al vaciamiento producto de la nada inmanente como circulación constante de lo pensable; un proponente satírico desde la anécdota caricaturesca hasta la saciedad con extravangantes licencias de deformación, donde la belleza hostigada aún no encuentra el recuadro, la posada recalcitrante de días pasados; un bosquejeador implacable de la anamorfis humana cercada por imitaciones , pero no del pasado, pues ella se revela nauseabunda, sino imitación por lo actual articulada en la prevalencia del arte moda.

La obra de León genera la exegesis necesaria con la cual nos aproximamos a la realidad, una realidad del actualismo porque los tratados con espacialidad contagiosa en el vértigo de sus cuadros, exploran la estética como impulso civilizatorio, si por civilidad tenemos presente quitarnos de una vez la herencia de lo muerto ilustradora de normas, para dejar paso a lo pluriforme sin acreditación posible, al menos dentro de lo categórico, lo sublimal. Sus pinturas son jóvenes porque no pretenden elegirse como modelos en propiedad, sino que ofrecen un arsenal de elección basado en el rodeo a impulsos iconográficos amplios y variados, todo un desafío al mundo del arte tan propenso a la uniformidad consecuente del amaneramiento de obra.

Oscar Salamanca






DEJANDO EL NUDO        
Temple sobre panel            
50 x 50 cm.








ENBAMBADO         
Temple sobre panel
15 x 10 cm.                  








LA DIVINA PROVIDENCIA        
Temple sobre panel       
30 x 18,5 cm.









SLOW MISSION
Tinta sobre madera
20 x 20 cm.








DEUDA DE FUEGO           
Acuarela, tinta y collage    
15 x 60 cm.








NADIE VÉ, NADIE ESCUCHA
Acuarela
16x 35 c.m









LA MÁRTIR
Acuarela y tinta
18 x 32 cm.








LA JINETE                         
Acuarela y tinta                    
17,5 x 21 cm.








LA VÍA LÁCTEA                 
Acuarela y tinta                     
14 x 17,5 cm.








RETRATO DEL PADRE       
Acuarela y algodón            
30,5 x 15,2 cm.









ENCUBIERTO                   
 Acuarela y tinta                   
31 x 33 cm.







PUTATORIO                     
Acuarela, tinta y collage        
28 x 23 cm.








PA´ QUE AFINE                
Acuarela y collage               
21 x 22 cm.








LA NAVE VA                     
Acuarela                                
28 x 41 cm.








DEL CIELO BAJAN             
Acuarela y collage               
34 x 24 cm.








LA VISITA DE CHAGALL   
Acuarela y collage                
30 x 22 cm.








BOCA CARNOSA CARNE BOCOSA       
Óleo              
110 x 75 cm.








Antonio León nació en Bogotá, en 1975. Su infancia transcurrió entre la casa paterna y la de su tía Sofía, dos espacios de ventanas pequeñas y muebles gigantes y oscuros, que hicieron que su imaginación se deslizara entre tiempos pretéritos y el mundo onírico.

 

Un encuentro determinante por el asombro causado, fue conocer el arte surrealista a través de la pintura de Giorgio de Chirico, con sus escenas de ansiedad y extrañamiento. Lo anterior, sumado al trabajo experimental en la universidad hizo que la atención de Antonio diera un giro hacia lo autobiográfico y más exactamente al mundo onírico, donde el temor a la muerte y el erotismo se mostraron como temas determinantes en su producción.

 

Al finalizar sus estudios de Artes Plásticas en la Universidad Nacional de Colombia, el trabajo de Antonio fue escogido para hacer parte de SOLO DIBUJO, publicación de Villegas editores, que junto con una exposición bajo el mismo título, en el museo de la Universidad Nacional, daba a conocer los nuevos nombres del dibujo en Colombia para esta época.

 

Desde 2013 Antonio León ha desarrollado un proyecto de formación artística, que lleva el nombre de ALTO RELIEVE, con el cual busca fomentar en los chicos el mismo entusiasmo que el siente por las artes. El trabajo de los muchachos de Alto relieve fue reconocido con el premio INTERNATIONAL ART COMPETITION. Centre por L´UNESCO Louis Francois Troyes en el año 2014 en Francia.

 

La obra de Antonio ha sido destacada en dos oportunidades con el primer premio en el SALON DE ARTISTAS DE CUNDINAMARCA, en las versiones realizadas en los años 2012 y 2014.

 

El año 2018 fue para Antonio León, un momento de grandes cambios y renovación ya que fue el nacimiento de su hija Alicia y coincidió con la incursión en la técnica del temple sobre panel. Este procedimiento, más allá de ser un medio pictórico, es según el artista un medio de transformación para la vida, dónde la disciplina da paso al descubrimiento y la paciencia a la evolución personal.

 

 

Contacto:

Instagram.com/antoniotemple16/

facebook.com/luisantonio.sanchezleon

ziggurator@gmail.com

Cel. 3133081432

 


 

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