viernes, 16 de octubre de 2020

"Naturaleza en ruina" exposición individual de Mauricio Suárez. Del 20 de octubre al 18 de noviembre de 2020

 






Es bien sabido que la modernidad consiste en un proceso de decepción por los ideales heredados, donde por lo general la historia como forma de pensamiento político y antropológico se revalida a sí misma.

En ese orden de ideas, el arte como un programa subsecuente y alineado en figuras estables de construcción sucesivas, va dejando paso al juego de la incertidumbre, tanto, que la sensación es que ya no tenemos una historia del arte, ciencia teleológica de un pensamiento por lo bello traumático, sino que en su lugar aparece un estar por fuera del tener herencia o estar por fuera de la herencia con otras muy diferentes categorías de belleza.

El arte de hoy consiste en admitir que nos encontramos en una permanente ambivalencia resultado de un experimento donde lo que puede venir tiene forma de monstruo o fin de las cosas. Ese monstruo no es más que la perplejidad, quedar asombrados ante un estado de shock. Por ello muchas formulaciones artísticas se resisten a lo contemporáneo, pues simplemente temen a la inconmensurabilidad de no saber con exactitud lo que deviene tras el momento de cambio.

Otras obras se inscriben en lo contemporáneo convertido en formula de usurpación gracias a la teoría crítica estética del siglo pasado centrada en la idea de lo carnavalesco. Tenemos como resultado un arte contemporáneo que expolia y usurpa basado en un corte de tajo, una nueva máquina del médico Joseph Ignace Guillotin dispuesta a separar cabezas de troncos con lo permanente.

De ese modo no queda nada, muy por el contrario, casi todo se encuentra en dirección de cambio, de innovación constante según el mediocre tecnócrata universitario porque intuimos que nuestro suelo conceptual, el cual solemos revisitar con la creatividad habla de nuevos comienzos preocupados por la desheredación y la reheredación. Fijémonos cómo el arte de hoy hereda condicionamientos simbólicos que ahora llamamos socialización con los cuales se identifica la pertenencia cultural y hasta una neurosis nervioso capital: Por ello es preferible la entropía a instrumentalizar el arte a partir de las ciencias sociales.

La obra de Mauricio Suarez Giraldo responde a lo ambivalente del arte de hoy, pues sus formas y cargas sensibles se pueden interpretar de dos maneras diferentes. Por un lado, consiste en una especie de herencia de situaciones en medio de espacialidades oníricas en extremo narrativas y por otro lado expone intenciones espaciales.

Veamos de qué manera lo onírico en sus dibujos-pinturas tiene que ver con explorar la condición del ser humano como el animal al que hay que explicarle la situación, porque en sus construcciones visuales remite a la ruina como un mundo convertido en estado de oscuridad y de allí, la narratividad del exilio y la expulsión. Martín Heidegger decía que hay que salir del bosque hacia el claro, quizá la explicación de la situación de hoy sea otra, habituar la habitación oscura del bosque sin otra pretensión de aceptar que somo dioses de prótesis, parafraseando a Sigmund Freud, dependientes de compensación de debilidades en el receptáculo de la cultura.

Ahora bien, el problema de la obra también toca el espacio porque el espacio se convierte en una materia ontológica viva en constante interacción con otros elementos. El espacio tal cual lo utiliza Suarez en sus trabajos tiene dos vertientes, a saber, el mental y el físico, esto si aplicamos las teorías de Henri Lefebvre cuando dice que el espacio en su totalidad mental, físico y social se aprende trágicamente.

Es mental el abordaje del espacio en Suarez cuando carga desde intenciones seudo-literarias el juego de atmósferas, simbiosis e intersecciones entre figuraciones y abstracciones, esto es lo que los pintores llamamos espacios de confluencias definidos principalmente por tensiones geométricas-matemáticas filosóficas. En dichos espacios de confluencia mental, por lo general aparecen las herencias espaciales de la perspectiva euclidiana, puestas en práctica a partir del siglo XVI hasta el siglo XIX, a partir de un lenguaje codificado de relación entre lo exterior y lo interior. En otras palabras, pensamiento racional clásico y evocaciones.

Es físico el espacio en el trabajo de Suarez cuando lo define como un lugar práctico-sensible de percepción de la naturaleza, si entendemos por naturaleza un vacío colmado, un recipiente para diversas materias. La mencionada intención del espacio físico como un contenedor de diversa índole fáctica y espiritual se indaga como resultado fenomenológico que va nutriendo cada una de las capas pictóricas. Por ello la perdida de borde y compartimiento entre escenas, recolecciones de imágenes y alusiones de datos sensibles, ya que nos encontramos ante una pictoricidad fuertemente emocional, que muchos podrían inscribir en lo simbólico, pero que también representa una estrategia plástica del ser arrojado y encapsulado por novelescas situaciones del cotidiano.

Con todo, la propuesta plástica de Suarez plantea un continuo del lenguaje en negativo, porque presenta la ruina como ese nuevo contenedor naturaleza colmado en la presencia del no y la expulsión, lo cual no le hace falta razón, pues los seres humanos en relación con ana-arquitecturas y otras naturalezas, terminan por certificar que nuestra especie ha sido exiliada casi desde el mismo origen a partir de la noción del cambio constante, es decir expulsados hacia lo incierto.

 

PhD Oscar Salamanca

Curador

 


Ficha técnica de las obras:
 Mixta sobre papel (plumilla, tintas y cera)
 Formatos variables (15cm x 10cm) - (21cm x 14,8cm) 
2019- 2020










































































Mauricio Suárez Giraldo



(1984, Pereira, Risaralda), Egresado de la Licenciatura en Artes Visuales,  Universidad Tecnológica de Pereira donde ha participado en semilleros de investigación: 700Repart  y  Regionarte.  Además,   hace parte del colectivo El Garaje,  ganador de las becas para espacios independientes, Ministerio de Cultura de Colombia (2015). Sus últimas exposiciones individuales destacan  “ Los monumentos también mueren” Fundación universitaria del área andina (2018), "Museo Imaginario" Galeria Maga (2017),  'Diario e Imagen', UTP  (2013), ''Accesos Carnales” Sala de exposiciones Carlos Drews (2006). Ganador de las pasantías nacionales Ministerio de Cultura - Universidad Nacional de Colombia (2017) y la  Beca para espacios independientes,  (2015),  Beca de Creación, Proyecto Tésis, Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá (2014). Ha participado de exposiciones internacionales tales como: Catálogo de artistas MUVIPA 2016" Museo de Pachuca, “Encuentro de Grabadores Colombianos”, Casa de Cultura Matilde Zuñiga. Zinacantepec. Estado de México (2014) y “La vida desatenta”, Sala de exposiciones Mateo Inurria. Córdoba - España (2010). Actualmente vive y trabaja en Pereira.

Website: https://edermsg.wixsite.com/visualartist                                                                          

                                                 

 MauricioSuárezGiraldo // Visual Artist //edermsg@gmail.com // Pereira-Colombia 



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