jueves, 12 de noviembre de 2015

SEA OBEDIENTE








La escuela por su misma necesidad de uniformidad de pensamiento hace que su divergencia prácticamente no exista, ya que como escuela que es, aplasta todo lo que la rodea sin permitir el florecimiento de otras formas o actitudes que difieran de lo comúnmente aceptado.

En el caso de la formación artística se espera que no exista una escuela, ya que en arte son múltiples sus nociones y maneras de asumir procesos de creación. De lo contrario, lo único que obtendremos con una escuela en arte será pensamiento anquilosado, retrogrado y desactualizado, esto debido a la fuerza que un ideario escolástico impone como referencia de calidad y manera de hacer.

En el Muro Líquido de la Maestría en Estética y Creación hemos proyectado la imagen de una nalgada cuyo texto alienta a asumir el castigo como una autocensura para intentar (ahora lo vemos) ir al acontecimiento anterior para retomar el camino desde el deseo reprimido, en calidad de respuesta normativa social.

La pintura mural que nos ocupa surge en clave de humor e ironía, ya que produce risas y no deja de parecernos crítico, el mismo hecho de encontrar en el ámbito universitario un mensaje punitivo propio de la niñez. Sin embargo, imagen y texto sugieren que de manera soterrada la academia contemporánea emplea métodos ortodoxos y represivos, por no decir policiacos y persecutorios, propios de la mente retorcida de personas enfermas que siguen creyendo que lo diferente simplemente se echa, simplemente se quema y destruye en la picota pública, basados en argumentos sospechosos de moral y ética.

Es inconcebible que pensamientos monacales y de tendencia fascista de profesores en artes plásticas y visuales intenten desclasificar la producción intelectual que no asume la sensibilidad y el talento como único norte, con la excusa mal intencionada y vil de creer a los estudiantes universitarios subnormales, sin juicio de discernimiento, exentos de carácter para tomar elecciones sobre el mundo que lo rodea. Señores:  estamos educando profesionales.

Una nalgada y sea obediente en las aulas, representa un rechazo contundente a que las ideas de ultraderecha se apoderen del campus universitario a  través de prácticas terroristas que imponen el silencio, el miedo y el destierro a todo aquel que no acepte los pomerios  intelectuales de personas ineptas y prejuicios,  que andan viendo el pecado y la perversión en toda obra de arte escatológica que ubique el cuerpo y el estar en situación como campo de creación-  investigación.


¡Ustedes, los macarras de las "buenas" costumbres y "buenas" formas en el arte, con su actitud, son los inmorales y antiéticos!

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