F A D E: Gabriel
Arroyo Gallardo_Video Instalación
Lo telúrico parece haberse apropiado de buena parte de la
naturaleza del arte actual. Todo tiembla y se tensa al mismo tiempo, las formas
se desvanecen y los cuerpos no encallan, al contrario corren a la deriva atados
solo por ínfimas fibras a punto de quiebre. Dentro de lo atmosférico que rodea
la obra de arte, el artista ecuatoriano Gabriel arroyo, reflexiona sobre el
lugar como espacio de encuentro y refugio. Su lugar pertenece a lo que Augé
enmarcó como un no lugar, es decir , como un espacio de transito. La anécdota desde la cual surgió la obra de
arte es simple, cuenta el artista: con un amigo y frente a un
torrencial aguacero se protegieron bajo una membrana plástica en una esquina.
Podemos imaginarnos un plástico extendido debajo del cual dos seres humanos
intentaban crear una simulación de confort y de mundo que les permitiera la
protección bajo el signo de la separación de un mundo interdependiente en lo
atmosférico. Como resultado gráfico de
la experiencia tenemos una figura ortogonal que puestos a pensar desafiaba lo
dimensional a la vez que ofrecía una respuesta en clave de solución a la
dificultad de la angulosidad de la esquina.
El guión de la video instalación recrea el hábitat de
separación epidérmica permitiéndose acentos entre dramáticos y cómicos que
refuerzan las nociones de identidad, pertenencia , hogar y origen.
Observemos: la video instalación usa la vida artificial,
aquella vida determinada por las formas extraídas del mundo conocido, un patito
de hule, un caballo inflable como recuerdos inscritos en atascamientos
provenientes de la niñez. La vida artificial debe ser henchida de aire
constantemente. Aquí aparece el vestigio de lo humano y la máquina ya que el
aliento ciber y humano se convierten en sustancia de construcción figurativa.
El animal recreado contiene aire que luego se disuelve en la atmosfera desde le
silencio (aire que escapa por entre las costuras ) y la enunciación
musical (aire que produce música de pito
o chillido cuando abandona el patito de hule). La sensación de fuga de aire tranquiliza al
auditorio puesto que libera lo contenido y da paso a una circulación incluso
salutatoria y refrescante. Digámoslo en palabras sencillas, sentimos una
comunicación fluida en lo compartido atmosférico.
El globo blanco inflado que aparece en el extremo inferior
izquierdo da cuenta de la presencia de un sistema en la figura de un escenario
cerrado y autónomo, de todas maneras inquietante.
La otra vida artificial incluida como elemento de traducción
aparece en el uso de la imagen en movimiento. Se trata de un registro
videográfico donde un hombre, al parecer autorretrato del artista, desciende
por una escalera y la imagen de lluvia televisiva transmitida por un monitor.
La imagen del hombre en la escalera recuerda el óleo de
Marcel Duchamp del desnudo bajando las escaleras debido a que su accionar va y
viene en un constante movimiento de origen y retorno basado en el vértigo como
propósito y paisaje de lo meteórico. Recordemos que lo meteórico alude a lo que se
encuentra suspendido en la atmosfera, en este caso un cuerpo que aunque preso
de la gravedad por el peso corporal, se ha filmado de tal manera que el
espectador siente lo telúrico cada vez
que se repite la imagen. El efecto de indefinición e inestabilidad se refuerza
cuando el video se proyecta sobre el plástico en forma cónica, ya que sufre de
afectación organicista por la cantidad de pliegues y arrugas con las cuales
logra enturbiar una lectura clara o al menos diáfana y tranquila.
Con la imagen de lluvia constante emitida por el monitor de televisión nos encontramos con un recurso viejo y muy transitado que produciría
tedio si no estuviera asociado a la perdida de peso general de la obra. Aquella
imagen lineal y monótona de miles de gotas electrónicas suspendidas se
convierte en una bella representación de nueva planimetría plástica si tenemos
e cuenta la gran dificultad que comporta hacer visible lo invisible cuando
hablamos de sustancia común a todos.
El elemento natural lo representa una caña de guadua
rescatada de la zona. El hecho de apropiarse de un material de la zona le
otorga a la obra un anclaje de diferenciación muy potente dado por la fuerza
contundente de lo natural frente a tanta artificialidad. La guadua es
importante para el trabajo porque gracias a ella colocada de manera diagonal dibuja
en la video instalación una línea de gran movimiento continuo, a través de la
cual se van organizando los demás componentes siempre hacia delante
proyectualmente en el muro líquido.
Oscar Salamanca
El artista construyendo FADE |
proyección de video sobre superficie. El registro de video corresponde a un hombre que baja una escalera e de madera |
Dentro de la video instalación emerge de forma erótica una vara de guadua la cual templa la superficie, luego el monitor emite un ruído blanco en forma de lluvia televisiva |
elementos de naturaleza artificial componen la video instalación, entre ellos un caballo y patos de hule. |
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