lunes, 16 de septiembre de 2013
domingo, 15 de septiembre de 2013
LWDIN FRANCO:::COMO ES ARRIBA ES ABAJO
Izquierda Lwdin Franco, derecha Oscar Salamanca |
Cristian Marín y Lwdin Franco |
Pequeña escultura en la mano de Lorenzo (8 años) |
Comentario crítico por Oscar Salamanca
Título:
Parque temático de lo humano
La obra de
Lwdin Franco usa la cerámica como excusa para explorar conceptos que intentan definir una naturaleza contemporánea
dada en la repetición, el carácter procesual en sitio específico y los montajes
geométricos, cuando proyecta perspectivas euclidianas bajo el manto de una
homogeneidad superficial, quizá organicista derivada de un diseño constructivo
y formas proto-humanas como significado de contramonumento.
El artista
nos presenta la multitud como salida inteligente del ocaso de la masa en el
momento que decide otorgar reconocimiento a las grandes proporciones de humanos
invisibles cuyo trabajo funciona bajo un engranaje superior e impuesto. Con las
largas filas de personas modeladas en barro y de pequeñísima proporción, la
obra consigue hablarnos de estratigrafías donde se le da vuelta a lo egregio si
tenemos en cuenta que ninguno sobresale en esa matriz uniforme. Muy por el
contrario el tejido de personas anónimas perfectamente organizadas en formas
geometrizantes, permiten colocar su trabajo de paciencia milenaria como un
aporte de gran calidad al desarrollo de la cerámica dentro de los lenguajes
contemporáneos del arte.
El juego que
emprende la obra se inscribe en continuar con la herencia, como lo dijimos
antes , del constructivismo latinoamericano cuyos exponentes se encuentran en
las obras de Ramírez Villamizar, Edgar Negret, Tarcila Do Amaral y hasta el
propio Felipe Noe, quienes a su vez bebieron de Joaquín Torres García y cuyo resultado más cercanos
reconocemos en la obra de Doris Salcedo y Bernardo Salcedo. El trabajo de
Franco abre posibilidades para el bagaje del constructivismo propio ( de aquí) si
tenemos en cuenta que, de alguna forma, lo trasciende hacia la seducción de una
estética propia de lo orgánico.
La
geometrización del corpus social maleable frente a las dinámicas explosivas de
la sinergia de miles de seres persiguiendo un propósito común, se transforma en
forma única y organizada bajo premisas de movimiento elíptico en clave ascendente,
pero flexible, como ola de estructuras que van y vienen, pero que siempre
mantienen una armonía, un estado de control que convierte a la rigidez
pronunciada del dibujo técnico, en situación de asocio constante de fuerzas
contundentes de tención y espacios de incomprensible caos dados por la anarquía
total de las formas. Tal arte constructivista organicista, elíptico por
excelencia, no sólo define una manera del pensamiento latinoamericano, centauro
entre cuerpo arquitectónico y cabeza de humo indefinible, sino también una
forma de hacer, de performancear con la forma, los colores, los espacios, las
técnicas: los artistas latinoamericanos somos perfectamente contradictorios.
Fijémonos en
los comentarios sobre la obra de Luís Caballero, en ellos todo apuntaba a relacionarlo con el
tratamiento “esfumativo dramático del
último manierista contorsionista” y el artista simplemente instaba a despojar de tanta carne la esencia misma de su
pintura, es decir, una suerte de líneas y trazados precisos de cuerpos para favorecer lo abstracto, como
quien develara la esencia misma del arte basado en complejidades cromosómicas:
Luís no buscaba claros oscuros como tantos profesores miopes quieren hacer ver
a estudiantes desinformados, Luís buscaba en las formas permanentes del
universo un arte que hablara de majestades lejanas.
A lo lejos
el muro líquido de Lwdin Franco ubicado el H 514 de la Facultad de Bellas Artes
y Humanidades de la U.T.P, se asemeja a un enjambre compuesto de figuras
humanas cuidadosamente organizadas para graficar diseños cargados de armonía
podemos decir, musical, pero que al acercarnos, el contra monumento nos indica
que la atención recae sobre lo no importante, sobre lo no anunciado, sobre las
vidas desconocidas de miles de seres humanos que hemos servido de colchón sobre
el cual unos pocos sobresalen y creen representarnos, todo ello enmarcado en
una obra que trabaja el sitio de manera específica dentro del entorno académico
de un programa de Maestría que ha abierto el espectro de la creación hacia la
estética, porque la estética ahora se nos antoja susceptible de información
desde orillas tan insospechadas como el individuo mismo.
Evangélico: La
manipulación atmosférica siempre ha sido el objeto de dominación y dominio del
otro, por ello no se extraña una nueva guerra de la intoxicación a través del
terrorismo estético.
Disangélico:
un grupo decidido de estudiantes de la Maestría en Estética y Creación expulsan
conceptualmente por malos contenidos y actitudes mediocres a imberbes artistas
estrato 15 como una actitud de defensa de la calidad y el buen trato en el
medio educativo.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
CIUDAD HAMBRE::PUEBLO MIEDO:: MANIZALES, COLOMBIA
En el marco
de la exposición L’H/ Deci-depu realizada en la Pinacoteca de Bellas Artes de
la Universidad de Caldas en Manizales- Colombia, el grupo realizó una propuesta
para el proyecto “Muro Líquido”, la cual consistió en generar la participación de
públicos, los cuales golpeaban una pared con guantes de boxeo, con el ánimo de
estampar dos conceptos sobre la palabra
Manizales previamente dibujada sobre el muro.
Con dos
intenciones literarias contundentes cargadas de significado se pone en
funcionamiento una maquinaria de traducción que involucra la realización de una
obra de arte en sitio específico, el deporte, el trabajo colaborativo y el
concepto de gráfica. CIUDAD HAMBRE y PUEBLO MIEDO cada intención representativa
construyen un articulado de huellas producidas por los participantes quienes se
empoderan en cierta función de superioridad dad por el uso de guantes de boxeo.
Las palabras
ensambladas en cada guante han sido trabajadas con la técnica del grabado en
linóleo, ya que ella produce una contundencia y claridad que atañe a la fuerza
del corte por efecto de gubias y cuchillas.
En la obra
se conjugan hábilmente varias nociones que viajan entre el arte, la poesía, la
danza, la carga literaria y el deporte.
Tenemos
entonces un trabajo de mural que parte de la función aglutinadora del trabajo
colaborativo, las personas interactúan en un dialogo con el otro mediado por el
muro, el cual soporta la intensidad de cada golpe mientras devuelve en el
participante una sensación de distención que activa, no sólo aspectos físicos
de su cuerpo, sino elementos de comprensión conceptual en el momento de
intentar grabar con fuerza física, tenacidad espiritual y concentración
animista una señal de vida comunicativa.
El arte en
la presente propuesta de muro líquido, sirve de alguna manera como agente
activador poético por la cantidad de revelación de imagen de sublimada que
encuentra sentido con el ingrediente de danza ceremonial previa del acontecimiento,
esto es, el baile vertiginoso como estrategia de reto y la rivalidad en el
momento cuando el impacto, sumado al sonido del golpe le otorga al significado de la palabra un poder único,
que, por su efecto de resonancia, se instala en el siquismo con intención
transformadora, mitad deporte de contacto, mitad ritual de iniciación o puerta
de encuentro desde un lenguaje de la acción.
El grabado
como medio de producción en el arte de nuestro país deviene de su vinculación
como sistema de divulgación de ideales y posiciones políticas por lo general
adheridas a movimientos de pensamiento reivindicador o de denuncia social.
Vimos obras de grabado fuertemente asociados con problemáticas que atañen a las
consecuencias de la inserción del poder homogeneizante, la masificación y el
consumo. De hecho nuestra idea de revolución bebió y bebe aún de los aportes
gráficos de la serigrafía, el linóleo y otras formas de impresión gráfica
compartidos por artistas colombianos y extranjeros.
Hay quienes
piensan que el grabado político hizo parte de una época reciente pero ya
escindida por comportamientos del arte en líneas , incluso divergentes. No
obstante lo anterior, creo que el grabado político y de denuncia sigue presente
cuando alcanzamos a absorber de lo que él se mantiene vivo y actual: el panfleto.
El panfleto
tiene por objeto exponer con imágenes sencillas y concretas un determinado
constructo conceptual que se dirige a producir en los públicos un efecto de
reacción inmediato y reflexivo en línea de crítica. En mi opinión el arte
actual , es decir, el “buen” arte contemporáneo tiende a manifestar una
intención política que, viéndolo en perspectiva, asociamos como un nuevo
panfleto, quiero decir , un panfleto reinformado, reactualizado.
A la luz de
las anteriores apreciaciones, encuentro que golpear un muro con guantes de
boxeo donde se han enganchado dos conceptos que necesitan de nuestra energía
creativa y física para horadar huellas como mensajes y disparos críticos,
representa una obra de arte contextual panfletaria en el formato de una gráfica
experimental colombiana.
Evangélico:
El grabado en las instituciones de formación artística universitaria parece
haber desparecido o perdido el interés como medio de producción ¿cómo se asume
el grabado hoy?
Disangélico:
El arte de hoy pretendidamente panfletario requiere del grabado como sistema de
traducción, así como una vez los artistas y sociedad depositaron en él todas
sus esperanzas.
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